Desde la redacción
Hacer periodismo es diferente para cada medio de comunicación, para cada reportero y para cada situación que se vive. No es lo mismo reportar la pandemia desde Italia que desde México, o reportar una crisis económica desde la versión oficial o la versión de quienes lo viven.
Por ello, en Territorio hemos decidido compartir un poco de las experiencias que vivimos, los dilemas, las decisiones que se toman en la redacción todos los días y los retos a los que nos enfrentamos. Esto, con la intención de transparentar nuestro trabajo y mostrar cómo es hacer periodismo desde un medio como el nuestro; colaborar con nuestra experiencia y abrir el debate hacia las diferentes formas de informar e interactuar con la información y la realidad.
Eso es Desde la redacción.
Ampliar el alcance, defender la libertad y dignificar el oficio
La pandemia trajo cambios. En mayo decidimos cerrar Casa Territorio, un espacio que era la extención física de todos nuestros proyectos y parte de nuestro modelo de negocio. Fue una decisión difícil pero estratégica: frente a la incertidumbre sobre la operación de los espacios físicos, nos decidimos por reducir costos y concentrar los recursos en la producción de información.
Sabíamos que lo haríamos con recursos y alcances limitados, pero con una independencia total.
Nos interesa que los periodistas que trabajan en este proyecto puedan desarrollar sus investigaciones, se tomen en cuenta sus ideas y se valoren sus enfoques. Sin explotar su tiempo ni trabajo, con un acompañamiento editorial y asegurándonos que siempre trabajen en las mejores condiciones de seguridad. Pero sobre todo, que tengan la posiblidad de compartir, en el largo plazo, los beneficios económicos que obtenga el proyecto. Se trata de una apuesta por consolidar un circulo virtuoso: informar, con rigor e independencia, y convencer a nuestros lectores de nuestra relevancia, necesidad e importancia.
El periodismo cuesta y necesita de las personas, los lectores, la comunidad. No se trata de un simple intercambio de dinero por información ni de una contribución a ojos cerrados. El modelo exige transparencia (presupuestal y editorial), participación (rendición de cuentas), libertad (frente a intereses ajenos los de las personas), y sustentabilidad (estabilidad, seguridad y empleo bien remunerado).
Se trata de una alianza que no siempre es fácil de concretar, pero que en nuestro caso apuesta por cumplir la mínima función pública: ser de utilidad para la vida de las personas en una region donde prevalecen las empresas periodísticas con intereses opacos, las noticias falsas, los gobiernos que no les gusta la crítica y que invierten presupuesto público en campañas de comunicación.
Por ahora los desafios son muchos: mejorar sueldos, crecer nuestra comunidad, incluir más personas a nuestro equipo, consolidar nuestro sistema de membresías/donaciones, ampliar nuestro alcance, trabajar con otros formatos, tener más herramientas y producir mejores investigaciones.
Todo eso, sin afectar nuestra libertad y empeño por dignificar un oficio ignorado, en la medida de nuestras posibilidades.