Desde que empezó la pandemia en marzo y las clases se convirtieron en clases a distancia, a Brenda Villarreal se le ha triplicado la jornada de trabajo. La maestra de maternal empieza sus clases todos los días a las 8 de la mañana, y aunque la jornada oficialmente termina a las 2:30 de la tarde, en ocasiones no para hasta las 6 por las preguntas de los padres o el material que debe preparar para el día siguiente.
Así como Brenda, muchas maestras de educación pública y privada han duplicado o triplicado sus jornadas de trabajo para garantizar que sus alumnos, incluso aquellos que apenas caminan, continúen con su aprendizaje. “Hay muchísima carga de trabajo y al estar en una escuela privada uno tiene que, de alguna manera, justificar la colegiatura”, explicó la maestra.
Por ello todos los días, los profesores preparan sus clases con base en la plataforma que utilicen. Graban videos de ser necesario, preparan sus transmisiones en vivo o el espacio para tener videollamadas. Además, el material con el que trabajan no es el mismo porque debe de ser entendible para sus alumnos pero también para los padres que los ayudan en casa. Incluso, las fechas de entrega, las evaluaciones y los contenidos deben ser más flexibles para garantizar que no se atrasen pero tampoco se convierta en una tarea difícil de entender en casa.
“Para los profesores fue un gran cambio, es como un triple clavado mortal en el sentido que no tenían la preparación para diseñar, tampoco para hacer seguimiento de los cursos en línea, todo fue una novedad”, explicó María Elena Chan, investigadora de UDGVirtual.
Y es que, para varias maestras y maestros el problema no solo ha sido enseñar sino demostrar que su trabajo es valioso y vale la pena el costo. En las escuelas privadas algunos padres de familia critican las colegiaturas y defienden que no hay gastos de agua, luz o mantenimiento; sin embargo, pocas veces se toma en cuenta que esos pagos también garantizan el trabajo de los docentes y una fuente de ingresos para ellos en tiempos de incertidumbre. Además, al regresar, todos esperarán instalaciones limpias y con buen mantenimiento.
En la escuela de Brenda ya despidieron a 8 maestras y desde el inicio le ha sido pesado vivir con la incertidumbre de mantener su trabajo, sus ingresos, la educación que requieren sus alumnos y lidiar con la preocupación de enfermarse o su familia. “Siempre está la preocupación de que se den de baja (los alumnos) y luego una baja de sueldo, y después incluso el trabajo”.
Hasta el pasado ciclo escolar, en el estado había 2 mil 206 colegios privados con 227 mil 649 alumnos de preescolar, primaria y secundaria; lo que representan el 16% del total de estudiantes en Jalisco.
Más de la mitad de los padres de familia encuestados por el Instituto de Información Estadística y Geografía de Jalisco (IIEG) pagan entre 500 a 2 mil 500 pesos mensuales de colegiatura y de inscripción anual. Pero aún así, el 39% calificó la enseñanza a distancia como regular.
Sin embargo, es a través de ese pago que los profesores reciben su sueldo y pagan gastos como internet, luz y preparación para clases a distancia.
“A los profesores se les dejó muy solos. Los papás deberían de ver esa diferencia entre improvisar una clase frente a la pantalla, a personas que ya la diseñaron, que tomaron cursos”, insistió Chan quien también es experta en enseñanza en línea. Y recalcó que también a los directivos de las escuelas les toca apoyar con guías para padres, cursos para la autogestión de los estudiantes y una preparación homogénea entre todos los profesores.
Durante esta pandemia, varias familias se han planteado la posibilidad de cambiar a sus hijos a escuelas públicas y ahora, con el inicio del ciclo escolar a distancia el próximo 24 de agosto, la decisión se acerca. Según el IIEG, hasta el 25% podrían cambiarse a educación pública el próximo ciclo escolar.
Y la educación pública, ¿cómo recibirá a más alumnos?
En las escuelas públicas también se ha complicado la educación a distancia y aunque los salarios de los docentes no dependen de las cuotas escolares, varios han tenido que ingeniárselas por la falta de materiales que tienen las familias en sus casas.
Con el incremento de alumnos que se transfieran de escuelas privadas, la carga también aumentará para ellos, sobre todo por la atención personalizada que buscan para cada alumno.
“Esto se ha vuelto cada vez más individualizado, tienes que estar al pendiente de cada uno de los niños, cómo trabajan, si no tienen algún problema con sus papás, si pasan todo el día con los abuelitos, eso lo hace más difícil”, explicó Erandy Calderón, profesora de la escuela primaria urbana 162.
Además, sus dos retos más grandes, aseguró la profesora de sexto grado, serán la aplicación de los contenidos para que los alumnos reflexionen por sí solos, y la evaluación de contenidos cuando solo es a través de entrega de tareas y no sobre sus participaciones, conducta y crecimiento personal.
Para el inicio del próximo ciclo escolar, Erandy enseñará a un grupo de máximo 25 alumnos, de acuerdo con las disposiciones del gobierno estatal, donde la mayoría no tienen computadora ni tabletas electrónicas en casa y su único vínculo será a través de los celulares de los padres de familia. Por ello, la profesora preparará videos en vivo en Facebook para quienes puedan conectarse a la hora y hacer preguntas pero también para quienes solo puedan ver la grabación.
Como pasó en el ciclo escolar anterior, ya está preparada para recibir dudas de los padres en horas y días impredecibles, y también tiene algunas estrategias para explicarles los contenidos a los adultos y puedan replicarlo con sus hijos.
En su escuela se tomó la decisión de que cada profesor continúe con su grupo pasado para no perder la conexión personal, pero aún mantiene la esperanza de darles clases presenciales algunas horas para enseñarles temas importantes como sexualidad que requiere un profesor preparado frente al grupo para discutir todas las dudas y temas.
Además, este ciclo escolar, en comparación con el anterior, las clases que se transmitirán por televisión también les serán útiles porque seguirán los contenidos de los libros de texto y se transmitirán en Televisa y TV Azteca, canales accesibles para todos aquellos que tengan una televisión.
Y aún así, a pesar de la distancia, la profesora está convencida de que es posible darles una buena educación a los alumnos, encontrar las herramientas más adecuadas para cada familia y garantizar que aunque sean 2 o 60 alumnos, todos reciban los conocimientos que necesitan.
La televisión y el internet como alternativas de educación
Desde marzo, los profesores y estudiantes han tenido que idear nuevas maneras de ir a la escuela. Para algunos ha sido útil comunicarse por videos, para otros lo mejor es entregar material escrito una vez por semana, o incluso el apoyo con las clases por televisión serán una buena opción. Al final, quedan algunas reflexiones positivas sobre la educación a distancia que podrían mantenerse para el futuro.
De acuerdo con la académica María Elena Chan, la enseñanza en línea ofrece muchas herramientas que sobre todo, propician la reflexión individual de los estudiantes y los hacen más autodidactas.
“En línea (los estudiantes) tienen más herramientas para crear. Si el modelo cambia hacia allá va a ser muy benéfico, a cualquiera le da más fruto desarrollando ideas, produciendo videos y otras tareas donde requieran de herramientas digitales, eso va a ser más avanzado que siguiendo al profesor en clase y siguiendo sus pautas todo el tiempo”.
Aunque claro, no todos los estudiantes tienen acceso a internet o a una computadora. Pero también, para los profesores y expertos, el recurso de las clases por televisión parece que será un buen complemento siempre y cuando se alinee a los contenidos de los libros de texto y por ende, a los contenidos planeados por las escuelas.
“Los contenidos en televisión son un apoyo y es importante el contenido en los libros de texto y los ejercicios que el niño haga”.
Además, de acuerdo con la experiencia de la profesora Erandy Calderón, esta también ha sido una oportunidad para involucrar a algunos padres de familia en la educación de sus hijos e incluso de ellos mismos. Pero de todas maneras, ningún recurso a distancia suple la interacción física, el escuchar a los alumnos, ser un apoyo para sus problemas y motivarlos a seguir estudiando.
“La escuela te genera relaciones sociales, experiencias con otras personas, propicia hacerte un ciudadano responsable. Pero también veo que la distancia ha generado opciones para niños y adultos que no han podido tener educación, a mi si me ha dado una buena experiencia algo que era totalmente desconocido para mi”.
Y hasta que los contagios no bajen y Jalisco esté en semáforo verde, es decir, con condiciones para volver a la escuela presencial, algunos consejos para los padres son tener paciencia con sus hijos, darles seguridad en sus tareas en lugar de presionarlos, y preguntar a los profesores si no entienden algún tema porque no se espera que ellos sean expertos.
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